Tres adolescentes del centro de justicia juvenil de Limache concretan su sueño de acceder a la educación superior

Con emoción y acompañada de los aplausos de sus familiares y de profesionales del centro, Monserrat firmó su matrícula para estudiar Técnico Jurídico en el Centro de Formación Técnica de la Universidad de Valparaíso (CFTUV), luego de rendir la PSU en el interior del Centro de Internación Provisoria y de Régimen Cerrado (CIP CRC) Limache, y tras acceder a la gratuidad y a la beca Nuevo Milenio.

Junto a ella dos jóvenes más, que también cumplen sanciones en el centro, accedieron al permiso de salida controlada con fines educativos, y en marzo inician sus clases de Técnico en Construcción en el Instituto Profesional Duoc de Valparaíso.

Para Monserrat es uno de los momentos más importantes de su vida. Su voluntad de cambió le permitió reencontrarse con su abuelo con quien, por sus errores, había perdido comunicación. “El tener hoy (en el proceso de matrícula) a mi abuelo representa mucho, con él no tengo comunicación hace muchos años por la decisión errónea que había tomado. Ahora nos volvemos a juntar gracias a esto y él me dice que no me va a dejar sola, eso significa que estoy restableciendo relaciones sanas y en un mundo más sano conmigo misma”, señaló la joven. Ella también valoró el apoyo que ha recibido del centro, señalando que “me han ayudado mucho y han luchado para que yo acceda a este beneficio. Detrás de esto hay un gran equipo que me está empujando”.

El director (s) del centro, Jorge Maturana, aseguró que “hemos entendido que la educación es una de las alternativas que tenemos para garantizar la inserción social de los jóvenes, y el trabajo mancomunado de los distintos estamentos que funcionan al interior del centro nos da la posibilidad de concretar este logro. Detrás de estas matrículas hay un gran compromiso del Sename, de la Fundación Súmate y del área de ocupación y educación del centro”. Recordó que “el año pasado tuvimos una experiencia exitosa y queremos que lo sea aún más este año, para eso tenemos una sala de computación con la que no contábamos”.

El director del centro aseveró que “los jóvenes que han cometido delitos y están pagando su falta no deben ser sancionados desde la idoneidad moral del otro, quitándole las oportunidades de cambio”.

Esta será la segunda experiencia de trabajo del CFTUV con personas que están privadas de libertad. Verónica Lorca, subdirectora académica del centro expresó que “es un desafío enorme, entendiendo que con educación las personas progresan. Lo que ellos más necesitan es el tema de la inclusión, que no se sientan distintos”.

Otros tres jóvenes que también cumplen sanciones al interior del centro están en lista de espera para matricularse en las carreras de Técnico en Preparación Física del Duoc Viña del Mar y Técnico en Mecánica Automotriz del Duoc Valparaíso.

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