Homenaje a la leyenda de Emile Dubois en Parque Cultural

“Apunten bien al corazón, ejecutad” fue la última orden al pelotón de fusilamiento, cuatro balas darían en el blanco y terminarían con la vida del inculpado, pero comenzaba la instalación de toda una leyenda.

Es por esto que “Fieles y Devotos de Emile Dubois” ha preparado un evento que apunta a la memoria de este personaje de la historia porteña que pasó de ser un asesino serial a transformarse en un Robin Hood justiciero y hasta un santo para las clases populares.

Para Jorge Coulon, director del Parque Cultural, realizar ejercicios de la memoria es fundamental para mantener viva las tradiciones de los territorios por lo que “Se hace imprescindible que las personas que viven en Valparaíso rememoren su historia. El hecho que se genere un relato, sea oficial o popular, de los mitos y leyendas de la ciudad es primordial, porque a través de ella vamos generando nuestro patrimonio inmaterial y entregamos la posibilidad a la nuevas generaciones para que conozcan sobre nuestro pasado, y que este acto cultural ocurra en el mismo lugar en donde fue ajusticiado Emile Dubois, habla del trabajo que el Parque Cultural viene realizando en materia de resignificación del espacio”.

La actividad comenzará con una obertura performativa a cargo de Turba Teatro, que será precedida de la proyección del cortometraje “Rapsodia para un Asesino” que tendrá la singularidad de ser presentada por Aurora Brihier, familiar de Emile Dubois. El historiador de Valparaíso, Víctor Rojas, reseñará sobre el fenómeno de las animitas y el mito de este carismático personaje, además, se hará entrega al Parque Cultural de una obra del pintor Salvador Amenábar, para finalizar con la presentación de “Charlie Chaplin Orquesta”.

Emile Dubois: la apología de un mito

Louis Brihier, es el verdadero nombre de Emile Dubois, quien llegó a Chile luego de un paso por diferentes países de América, en donde se han encontrado registros de su participación en movimientos revolucionarios de Ecuador y Colombia.

Arriba al Puerto de Valparaíso en 1903, que en esos momentos era una ciudad resplandeciente, con todos los adelantos que podría tener la “Perla de Pacífico” situación que deslumbró al inmigrante recién llegado.

Dubois, previamente a tocar suelo chileno, se desempeñó como obrero en una mina de Courrieres, actor en Barcelona y artista de zarzuela en Venezuela. Este hombre de mil caras utiliza diversos alias en su estadía en el puerto: Emilio Morales, Emile Murraley y Emile Dubois, con los que busca encantar a miembros de la alta sociedad para embaucarlos y robarles dinero.

Al no tener mayor resultado, lleva a cabo una serie de ataques a reconocidos comerciantes de Valparaíso. Era muy teatral para sus asesinatos, montaje de escena perfecta, vestido con capa, bastón y sombrero de copa. Trabajaba a sus víctimas, intimaba con ellas, bebían un trago y cuando menos se esperaba el homicida asomaba.

Un asesino suelto en Valparaíso, el jet set porteño estaba bajo amenaza, las críticas a la policía por no encontrar al culpable iban en aumento y al mismo tiempo la imagen de un “Justiciero” que repartía las riquezas robadas entre los más necesitados, afloraba en el pueblo.

El 2 de junio de 1906 en el estudio del dentista Charles Davies, ubicado en la plaza Aníbal Pinto es sorprendido un individuo que trataba ingresar al lugar, luego de un forcejeo y una riña que terminó con el dentista lesionado, alertados por los gritos de Davies comenzó una persecución que terminaría en calle Errázuriz, el atrapado resulto ser Emile Dubois, quien se declaró inocente. El mito indica que él iba pasando por el lugar y habría sido inculpado por personas que no lo tenían en muy alta estima debido a sus ideas revolucionarias.

El terremoto de 1906 lo encuentra en la ex cárcel de Valparaíso y ante la destrucción de la ciudad y del mismo recinto carcelario, la leyenda indica que un sin número de reos lograron arrancar, pero que Emile Dubois se quedó al no considerarse culpable de los delitos de los que había sido imputado.

La evidencia reunida proclamó la condena a muerte y el fusilamiento se llevó a cabo en las primeras horas del 26 de marzo de 1907, en medio de la expectación de la ciudad. Cuando enfrentó a los fusileros se negó a que le vendaran los ojos y pronunció:

“Se necesitaba de un hombre que respondiese de los crímenes que se cometieron y ese hombre he sido yo. Muero, pues, inocente por no haber cometido yo esos crímenes, sino porque esos crímenes se cometieron. Ejecutad”. (Emile Dubois, en El Mercurio, 27 de marzo de 1907).

El día anterior contrajo nupcias con Úrsula Morales, quien lo acompañó en todo momento intentando buscar el indulto. Sus restos fueron sepultados en la fosa común del cementerio de Playa Ancha, dado que se había declarado indigente.

Después de la muerte, la leyenda. La gente comenzó a dejar flores en el lugar en donde se creyó se habían sepultado al denominado “Patrono del Lumpen”. Empieza el peregrinaje a la tumba de este Robin Hood porteño que pasó a transformase en Santo, las placas en agradecimiento por favores concedidos, por los enfermos sanados y el perdón de los ladrones.

Después de 110 años todavía prosiguen los feligreses en procesión buscando el milagro.

Fuente: http://bayessence.com/emile-dubois-es-historia-y-leyenda/

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