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Vestuario, ornamentos y objetos litúrgicos pertenecientes a las iglesias La Matriz, Los 12 Apóstoles y Sagrado Corazón del Cerro Barón fabricados en Europa a fines del siglo XIX e inicios del XX, junto a pinturas de coleccionistas privados que retratan escenas de la cultura religiosa se exhiben hasta el 21 de abril, en el Castillo Wulff, ubicado en avenida La Marina 37, Viña del Mar. La exposición puede ser visitada de martes a domingo, de 10 a 13:30 y de 15 a 17:30 horas, con entrada liberada.
La muestra, que expone parte de las colecciones del Fondo Litúrgico Textil que resguarda el Centro de Conservación de Textiles de la Escuela de Diseño de la Universidad de Valparaíso dirigido por la académica Ángela Herrera, expone algunos elementos como dalmáticas usadas por diáconos, casullas utilizadas por sacerdotes y capas pluviales que se emplean en procesiones.
También es posible apreciar bolsas de corporales, crucifijos, un conjunto de vinajeras para contener agua y vino, junto a un cáliz de misa y un copón para guardar las hostias consagradas todos procedentes de Turquía, un libro y un rosario de primera comunión de nácar.
Una de las principales atracciones de la muestra es una reliquia consistente en un pequeño trozo de hueso de Santa Teresita de Los Andes, un portaviático metálico dorado y los zapatos cardenalicios de José María Caro, junto a una palmatoria de bronce del siglo XIX, trajes completos de sacerdotes ortodoxos, un cáliz con purificador y palia que se usaban en la misa, entre otros elementos dedicados a la liturgia.
Al respecto, la profesora Ángela Herrera, Centro de Conservación de Textiles de la Escuela de Diseño UV, explica que “esta muestra nace como una forma de permitir a la gente conocer un grupo acotado de piezas que se resguardan en nuestro centro para dar cuenta de cómo era el ornamento que se usó en otros tiempos en el ceremonial litúrgico, en el contexto de la festividad de la Semana Santa”.
La académica releva que entre las piezas más destacas se cuentan “trajes con una profusión de bordados con hilado metálico dorado en relieve, tanto en terciopelo como en raso, a través de una técnica que casi ya no se usa. Todo el vestuario proviene de Europa, lo que además demuestra una estructura de globalización temprana en la confección del vestuario, ya que habían centros productores de tela y otros que producían los trajes, muchas telas eran compradas en Italia y confeccionadas en España”.
Otro de los aspectos de la expo es una sección denominada Antes y Ayer: “En el pasado se usaba la capa pluvial, la casulla y la dalmática con profusión de bordados, pero ahora todo es más simple con la incorporación del alba y la estolas. El vestuario litúrgico se ha ido renovando a través de tejidos con elementos iconográficos indígenas para marcar un vínculo con el territorio o la reivindicación de reconocer nuestra identidad y culturas originarias”, explica Herrera.
La académica agrega que la muestra “busca poner en valor la riqueza de oficios, materiales y rasgos ornamentales de otros periodos relacionados con la cultura religiosa y dar a conocer parte del patrimonio cultural que se resguarda en el Centro de Conservación de Textiles de la Escuela de Diseño UV”.
