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Gracias a una articulación entre el Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia de Valparaíso y Movistar Arena, un joven de 17 años que vive en una residencia del Estado pudo no sólo asistir al concierto de su ídola, sino, además, compartir con ella en camarines.
Entre los numerosos asistentes al show de la youtuber mexicana Kimberly Loaiza, se encontraba este adolescente junto a su tutor, quien disfrutó del espectáculo con mucha energía y motivación, así como también desprendió gritos y lágrimas de emoción.
Para este especial fanático Loaiza significa mucho más que una artista o influencer. Ve cada uno de sus vídeos, todos los días. Les habla a todos de ella. Se sabe cada canción. La percibe como su inspiración, su modelo a seguir, su ídola que lo motiva a seguir cuando tiene días tristes. Así lo señaló la directora de la residencia de Quilpué, Laura Vera. Es por esta enorme admiración que el Servicio de Protección decidió gestionar junto a Movistar Arena esta gran sorpresa para él.
Movistar Arena le regaló entradas de cortesía, acceso a camarines, conocer a la artista, fotografearse, merchandising y una experiencia inolvidable que, sin duda, marcará su vida.
La directora regional (s) del Servicio, Carla Oyarzún, destacó el compromiso con las niñeces vulnerables que demostró el equipo de profesionales de Movistar Arena, señalando que “como Servicio queremos dar las gracias al equipo de Movistar Arena por haber hecho posible que un niño de una residencia de este territorio cumpliera el sueño de su vida, que era poder conocer a su artista favorita, Kimberly Loaiza, y que gracias a todas las gestiones que hizo el equipo Movistar Arena, quienes pudieron conocer a este niño y pudieron cumplirle su sueño, él hoy tiene un recuerdo inolvidable. Hoy, él puede sentir que los sueños se cumplen y que hay adultos y adultas que se ponen a disposición de esto. Mis gracias infinitas al equipo de Movistar Arena porque los niños y las niñas se merecen que sus sueños sean cumplidos y gracias a esta colaboración público-privada ha sido posible que uno de los niños de esta residencia sonría y tenga un recuerdo inolvidable para su vida”.
