El cuidado del pelaje en los perros va más allá de lo estético, es una práctica que contribuye a la higiene, salud y bienestar integral de las mascotas. Así lo plantea Nicolás Escobar, Director de Carrera de Medicina Veterinaria de UDLA Sede Viña del Mar, quien destaca que el cepillado frecuente permite mantener el pelaje de los caninos limpio, libre de enredos y sin nudos, al mismo tiempo que estimula la circulación sanguínea y distribuye los aceites naturales de la piel. “Esto promueve un pelaje saludable y brillante. Además, el cepillado permite la detección temprana de irritaciones, parásitos o lesiones incipientes”, comenta.
Uno de los aspectos clave para este momento es la elección del cepillo, el que dependerá del tipo de pelaje. En este sentido, el académico detalla que “para elegir un cepillo para nuestra mascota debemos tener en cuenta el tipo de pelo que tiene, el cual puede ser corto, medio y largo. La longitud y la densidad del pelo proporciona aislamiento térmico, en tanto, el color y el brillo tienen un papel termorregulador. Teniendo en cuenta estas características podremos definir qué cepillo utilizaremos”.
Respecto a las opciones disponibles, detalla que existen varios tipos con funciones específicas. Los cepillos de cerdas son adecuados para perros de pelo corto o medio, mientras que los de púas son ideales para pelajes largos o rizados. Los de tipo rastrillo se recomiendan para razas con subpelo denso, como los Huskies o Malamute, y los guantes de cepillado resultan útiles en perros más sensibles o que no toleran los cepillos tradicionales.
El Dr. Escobar agrega que “los caninos de pelo corto requieren un cuidado leve, por lo que el cepillo a utilizar puede ser de goma, cortos y en forma de mano. En el caso de pelo medio, el de cerdas metálicas y juntas, con puntas de goma o redondeadas para quitar el exceso de pelo muerto es el adecuado. Para las mascotas de pelo largo debemos ser más rigurosos ya que son los que necesitan mayor atención por los nudos que se le generan, aquí los cepillos de doble cara con cerdas redondeadas o tipo peine son perfectos”.
Sobre la experiencia del perro durante el cepillado, el médico veterinario enfatiza que no debería ser molesta. “Si se realiza de manera adecuada, no debería generarles inconvenientes, siendo muchas veces una acción agradable para ellos. Siempre se debe realizar en la dirección de crecimiento del pelo, empezando por la cabeza, continuando por la espalda, zonas laterales, patas y terminando con la cola. Siempre se debe ser cuidadosos para no hacerles daño, convirtiendo el cepillado en un cómodo y agradable masaje”.
En cuanto a la frecuencia, también está determinada por el tipo de pelaje. “Las mascotas de pelo corto, al contar con pelaje poco denso, requieren de dos o tres cepillados a la semana; en caso de pelo medio, requieren cuatro semanales como mínimo o una vez al día. En perros de pelaje largo se debe tener un cuidado mayor para prevenir nudos, por lo que dos veces al día es lo ideal”, recomienda el académico.
Además de higiénico, el cepillado tiene un valor funcional. “Es fundamental para una buena higiene del pelo, ya que este los protege al ser una barrera física, microbiana y química, que ayuda al camuflaje y señalización entre las mascotas. También sirve para darle un aspecto saludable al canino, distribuir los aceites naturales del propio pelaje, evitar los enredos, facilitar el cambio de pelo y activar la circulación. Integrarlo en la rutina no solo contribuye al bienestar físico de los perros, sino que también refuerza el vínculo con sus cuidadores, especialmente en meses donde el pelaje cumple un rol clave en la protección frente a las bajas temperaturas, si se presentan dudas siempre es importante consultar con el médico veterinario de cabecera”, dice Escobar.