Análisis del HUB Ambiental UPLA descartan riesgo inminente de intoxicación aguda tras aparición de mancha oleosa en el mar

Relevantes reflexiones arrojan los resultados preliminares de los análisis que realizó hace unos días el HUB Ambiental de la Universidad de Playa Ancha, tras tomar muestras de aguas superficiales con motivo de la aparición de una mancha oleosa, presuntamente hidrocarburos, en la bahía de Valparaíso. Lo anterior, 24 horas después del reporte de un derrame, observado entre San Antonio y Punta Curaumilla.

En esta primera prospección, el centro de investigación evaluó la presencia de contaminantes orgánicos volátiles (COV) comunes y altamente tóxicos, denominados BTEX (benceno, tolueno, etilbenceno y xileno) y algunos metales pesados, como el vanadio y el níquel, que suelen encontrarse en este tipo de derrames. Todo lo anterior, apoyado por la reciente acreditación internacional ISO/IEC 17025:2017 del laboratorio del HUB Ambiental UPLA –otorgada por la Asociación Americana de Acreditación de Laboratorios (A2LA, por sus siglas en inglés)–, que extrapola sus análisis a cualquier laboratorio acreditado en el mundo.

En ese contexto, el Dr. Claudio Sáez, investigador asociado del centro de investigación, sostiene que los resultados “demostraron niveles de contaminantes, en especial, compuestos orgánicos volátiles y metales pesados, que, en estos momentos, no podrían ser descritos como potencialmente tóxicos para la salud humana y los ecosistemas”.

No obstante, el científico indica que “el vertido correspondería a un hidrocarburo de tipo fueloil, de uso en embarcaciones marítimas, que es de alta densidad, por lo que es muy probable que la mayoría de estos hidrocarburos se hayan depositado en la zona bentónica, a lo largo de las costas de la bahía, desde San Antonio, hasta la bahía de Valparaíso, en el camino de la presencia de distintas Áreas de Manejo y Explotación de Recursos Bentónicos (AMERB), como Laguna Verde y Caleta El Membrillo, por lo que no es tan recomendable dejar esta temática de lado y, ahora, investigar cuáles son los efectos de la potencial acumulación de estos hidrocarburos en organismos bentónicos que, eventualmente, afecten los ecosistemas y, también, representen un riesgo para la salud humana”.

El Dr. Sáez destaca: “Afortunadamente, estos resultados preliminares, en aguas superficiales, son buenas noticias. Pero dada la comprensible preocupación que provocó esta situación, es necesario estar más alertas y generar las condiciones que promuevan un monitoreo más constante de nuestra bahía”.

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