La Pontificia Universidad Católica de Valparaíso ha dado un salto cualitativo y cuantitativo en su compromiso con la formación continua, transformando lo que durante años fue un anhelo institucional en una verdadera política universitaria al servicio del desarrollo humano y territorial de Chile.
Gracias al trabajo liderado por la Dirección de Formación Continua —dependiente de la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio—, la PUCV ha alcanzado en 2025 una oferta récord de 534 programas, que incluyen diplomados, cursos, postítulos, talleres y seminarios, con un crecimiento del 55% respecto de ciclos anteriores. Este avance responde a un esfuerzo articulado que involucra directamente a las distintas facultades y unidades académicas, que hoy cuentan con el apoyo de un equipo especializado para potenciar sus iniciativas.
El impacto es contundente: solo en la campaña de otoño 2024 se alcanzaron 6.249 matrículas, destacando áreas como Ciencias Sociales y Educación, Salud, Derecho y Gestión Pública, e Ingeniería y Tecnología. Todo esto, bajo una estrategia que ha priorizado programas flexibles y pertinentes, con modalidades online y presenciales, facilitando la participación de profesionales desde distintas regiones.
La Universidad también ha dado pasos audaces en la articulación de trayectorias formativas, permitiendo que cursos y diplomados conduzcan a postítulos, y próximamente a magísteres profesionales, configurando un itinerario progresivo y coherente para el desarrollo profesional de miles de estudiantes.
“Estamos viviendo un momento histórico para la PUCV, donde la formación continua dejó de ser un proyecto aislado para convertirse en una política universitaria sólida, pertinente y de alto impacto. Este avance es fruto del trabajo conjunto con las facultades, que son protagonistas al desarrollar programas que responden a las necesidades reales del país”, destacó la Vicerrectora de Vinculación con el Medio, Jacqueline Paez.
Con este sólido despliegue, la PUCV reafirma su compromiso con el aprendizaje a lo largo de la vida, consolidándose como un verdadero puente entre la academia y el mundo profesional, capaz de responder a los desafíos de actualización, reconversión y perfeccionamiento que demanda Chile en el siglo XXI.