Consejos para aprovechar las vacaciones de invierno y facilitar el retorno a clases

Las vacaciones de invierno representan un período fundamental para el bienestar de estudiantes escolares y universitarios. Desde una perspectiva neurocientífica, Juan Carlos Urbina, académico de la Carrera de Psicología de UDLA Sede Viña del Mar, dice que este receso no solo implica una pausa académica, sino que también es una ventana de oportunidad para promover la salud cerebral, regular los niveles de estrés y potenciar funciones cognitivas esenciales como la memoria, la atención y el aprendizaje.

“El cerebro, como órgano plástico y dinámico, necesita tiempos de recuperación para mantener un funcionamiento óptimo. Durante los períodos académicos intensos, el sistema nervioso se ve sometido a un sobreesfuerzo que puede generar fatiga cognitiva, alteraciones en los ritmos circadianos y desregulación emocional”, comenta el psicólogo, Magíster en Neuropsicología y Educación.

Agrega que las neurociencias “enseñan que el descanso no es una pérdida de tiempo, sino una inversión en salud mental, emocional y cognitiva. Implementar algunos consejos puede marcar una diferencia significativa en el bienestar y el rendimiento de los estudiantes. En este invierno, hacer una pausa consciente y prepararse con inteligencia emocional y neurológica será el mejor regalo que puedan darse a sí mismos”. 

Recomendaciones para las vacaciones

Priorizar el sueño de calidad: dormir entre 7 y 9 horas por noche es esencial para consolidar la memoria y permitir la reparación neuronal. Durante el sueño profundo, especialmente en la fase REM, se refuerzan las conexiones sinápticas y se eliminan desechos neurotóxicos acumulados durante el día. Evitar pantallas una hora antes de dormir y mantener horarios regulares favorece una mejor higiene del sueño.

Fomentar la distracción saludable: la participación en actividades recreativas como la lectura placentera, la música, el arte o el ejercicio físico moderado, tiene un impacto directo en la liberación de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, que promueven el bienestar emocional. Estas acciones también reducen los niveles de cortisol, la hormona del estrés y mejoran la capacidad de resiliencia.

Desconectarse del rendimiento académico sin culpa: desde la neurociencia afectiva, se sabe que el cerebro necesita espacios de desconexión para reorganizar información, integrar experiencias y recobrar motivación. Estar ocioso no es sinónimo de improductividad: es parte de un proceso necesario para sostener la salud mental y el rendimiento futuro. 

Consejos para el retorno a clases

Regular el ritmo circadiano gradualmente: una semana antes del regreso, se recomienda adelantar progresivamente los horarios de sueño y alimentación. Esta medida ayuda al cerebro a reajustar el reloj biológico, facilitando la concentración y el estado de alerta en las primeras horas del día.

Reactivar la actividad cognitiva en pequeños pasos: antes de volver a clases, es beneficioso retomar rutinas de lectura o resolución de problemas simples. Estas prácticas estimulan áreas como la corteza prefrontal, relacionada con la planificación y la toma de decisiones, facilitando una transición más fluida hacia la exigencia académica.

Establecer objetivos motivacionales de corto plazo: el establecimiento de metas claras y realistas estimula el sistema dopaminérgico, lo que favorece el involucramiento activo en las tareas y disminuye la procrastinación. Recordar el propósito personal detrás del estudio es clave para reactivar el compromiso con el aprendizaje.

 

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